No hay espacio en este mundo para los nativos americanos pero si para los nativos digitados. Tras miles de años fuera del agua, volvemos una vez más a las profundidades abisales de la evolución, donde flotamos como alevines digitales. A esta prole húmeda y con escamas el sistema la llama irónicamente la generación gutless (sin agallas/ sin escrúpulos). De ella forman parte todos los nacidos a partir de 1985 de los huevos impregnados de capitalismo y moral judeo-cristiana...
La Avant-garde es caviar podrido atrapado en la red
Pescados jóvenes de ojos colosales hipnotizados
La vaca tiene hambre y come peces pequeños
La felicidad de los gutless descansa en los falsos valores del éxito, del dinero y del poder. Todo que venga del exterior: una alfombra roja que caliente el ego, una pareja bicéfala, una tarjeta de crédito radiante y una verdad que no escueza. Cualquier cosa menos emprender un viaje interior que nos recorra desde la tráquea al ano. Las galerías del alma están mal vistas, son casquería, ni se ven ni se tocan. Si quieres hacer algo útil con tus vísceras hay que criar hijos que produzcan progreso...
¿Y el progreso se toca? El progreso es una trampa. Las reuniones llenas de nicotina de los parques de los gutless son las redes sociales que olvidan el sílex. Ahora el espíritu aventurero es colocarse delante del espejo y darse de laca a más no poder. Las historias de amor medievales se han transformado en prostíbulos de Internet. Pero solo una cuarta parte de la Humanidad puede acceder a este ritmo de vida, concretamente la que esclaviza al resto, en un sistema de triunfar "te cueste lo que te cueste y te acuestes con quien te acuestes"...
La vaca sale a pescar
aplauso de pie y pedida de bis
ResponderEliminarLas galerías del alma son casquería. Esta imagen es de quitarse el sombrero. Hurra al Dios Enano
ResponderEliminarA mí me encanta echarme laca.
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