sábado, 9 de enero de 2010

El anacardo cósmico...

Pensad bien en que somos y en que nos podemos convertir. La inercia de nuestro mundo nos llena de anestesia. Sin embargo en algunas ocasiones un fruto seco corriente, en toda esta vorágine de inconsciencia, se transforma en héroe. Esta es su historia. La historia del anacardo cósmico...

Anacardo cósmico
Se acercaba la época de las lluvias monzónicas y un hombre
muy anciano estaba cavando hoyos en su jardín...

-¿Qué haces?- le pregunta su vecino.

-Estoy plantando anacardos- responde el anciano.

-¿Esperas comer anacardos de esos árboles?

-No, no voy a vivir tanto. Pero otros lo harán. Se me ocurrió el otro día que toda mi vida he disfrutado comiendo anacardos plantados por otras personas, y esta es mi manera de demostrarles mi gratitud...

...simplemente: anacardo cósmico !!!

6 comentarios:

  1. Jejejeje, qué sanos los frutos secos. Mola.

    ResponderEliminar
  2. Es tan simple como que si todos diéramos, todos recibiríamos, infinitamente :)

    ResponderEliminar
  3. Cada vez más tus palabras me recuerdan a las de los eremitas. O a los programas de curas norteamericanos de la tele a las cuatro am.

    Es divertido un rato. Pero el rato se acabó.

    ResponderEliminar
  4. Todos deberíamos plantar algún anacardo, aunque no fuese un anacardo, el mundo sería más cósmico. :)

    Un besazo.

    ResponderEliminar
  5. Debemos pensar eso.
    ¿Cuanta scosas debemos de agradecer a personas que ya no están aqui?
    Innumerables.


    Saludos ETERNOS.

    ResponderEliminar
  6. Es cierto, estoy entrando en un cosmos empalagoso. La culpa esos libros orientales de algodón y cacahuetes...

    Necesito lanzar un salivazo cósmico lleno de ácido de un momento a otro...

    ResponderEliminar