lunes, 11 de enero de 2010

Pelotas de goma...

El día que perdí mi virginidad coincidió con la floración del bambú que es completamente imprevisible y puede tardar en florecer entre 10 y 20 años. Lo extraordinario de esta planta es que, como obedeciendo a una señal divina, comienzan a florecer todos los ejemplares de la misma especie distribuidos por todo el planeta al mismo tiempo...

Recuerdo que ese día estaba en el colegio en clase de gimnasia. El cielo estaba azul, las cigarras hacían un estridente sonido sexual y las espigas de trigo se mantenían en una erección constante. La naturaleza gritaba que le quedaban minutos a mi castidad y yo ni me daba cuenta...

Pelotas de goma
El profesor era argentino y no sentía especial simpatía ni por mí ni por Diego. Así que nos mandó a los dos a por pelotas de goma a una especie de zulo mientras el resto de la clase nos esperaba con anhelo y esperanza en las instalaciones deportivas. Y ahí nos dirigíamos los dos como jerbos en el desierto y más calientes que el cenicero de un bingo en un mundo heterosexual...

Diego era una mezcla del síndrome de Asperger con el de abstinencia. Tenía la piel muy blanca, largas extremidades y unos labios perfectos y rosas que hacían que todas las mujeres de este planeta me parecieran cáscaras de cacahuete...

Cuando llegamos al cobertizo yo no podía abrir la puerta. Mientras hacía gala de mi inutilidad humana él me miraba y sonreía. Sentí vergüenza por primera vez en mi vida, algo así como lo que debe experimentar una polilla cuando muere abrasada por una bombilla. Diego me sacaba dos años y sabía abrir puertas mejor que yo así que lo hizo...

Una vez en el interior recuerdo nítidamente todo lo que sucedió. Diego llevaba pantalones cortos y mi mirada se precipitó a sus gemelos. Entonces pensé "no me extraña que los curas acosen a sus acólitos". Y me pilló examinándole. Volví a transformarme en polilla carbonizada, pero esta vez con más fuerza por que sabía que se había dado cuenta muy bien de mis instintos. Entonces se mezcló el ansia con la materialización histórica soviética...

-¿Eres comunista?-me dijo con una gran sonrisa trituradora.
-Yo... creo... que no...
-Pues todos los homosexuales somos comunistas...

Se acercó y no supe que decir. Y me besó y me enseñó que en este mundo hay presas y cazadores mientras se construía su trofeo...

No sé cuanto tiempo pasamos en ese agujero con las pelotas de goma y las nuestras. Cuando salimos el cielo ya no estaba azul, las cigarras no cantaban y las espigas no parecían tan erguidas. De hecho ya nada iba a ser igual. Nos despedimos y durante unos meses seguimos viéndonos en pozos y agujeros escondidos de la luz. Incluso nos llegamos a jurar amor eterno en la penumbra. Entonces fue cuando aprendí que mis héroes serían aquellos que defienden la mentira pero no toleran la doble moral...

Y entre toda esta malaria de acontecimientos encuentro algo que me escribió antes de no volver a saber nada más de él:

He descubierto que la promiscuidad es un estado de ánimo breve en comparación con el tiempo que estarás enamorado al salir de ésta. ¡Ah! algo bueno de ti, ¿Según tú estás enamorado no? Bueno, pues eso es lo bueno, pero si tiene que ser algo mecánico subjetivo diré que guardas los recuerdos bonitos y la mayoría en "cajitas" situadas bajo el altavoz, eso me gusta.

(Estos feedbacks son auténtica mano de Santo...)

8 comentarios:

  1. Me hubiera gustado tener una historia de amor teen royo asi del colegio ... lo cuentas de forma exajerada y traviesa , tienes arte

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  2. Vaya vaya...ojiplática me hallo. Me encantó, qué puedo decir, esa forma de escribir es uno de mis talones de aquiles y leo mucho, pero poco me motiva ya. Mi enhorabuena, aunque de poco sirva ;)

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  3. Gracias por compartir tal experiencia...

    Ahora solo falta encontrar a Diego...

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  4. Gracias por pasarte por mi blog, y dejar constancia, porque de ese modo he podido descubrirte y me ha encantado!

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  5. Los romances de colegio son locos y muy de carretera. Pude aparecer en Massachusetts o en la cárcel perfectamente...

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  6. Genial, vaya forma de relatar (ya lo han dicho por arriba), pero es que lo del bambú y las pelotas de goma (sobre todo lo del bambú) me ha dejado boquiabierta :)

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  7. "Diego era una mezcla del síndrome de Asperger con el de abstinencia."

    Tienes la especial facilidad de hacer que me descojone con cualquier comentario.

    Ciertamente, los romances de este tipo, en plan High School Musical pero con promiscuidad de por medio, son geniales.

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